
¿Puede la obesidad excluir de una cirugía eficaz?
En una de las viñetas clínicas del curso Buen Quehacer Médico: relación médico-paciente, se analiza el caso de una paciente con obesidad mórbida y artrosis de rodilla en fase avanzada. Se trata de una mujer de mediana edad con varios años de evolución de la enfermedad, que presenta una limitación funcional severa y un dolor persistente, refractario a los tratamientos conservadores habituales —como fisioterapia, pérdida de peso y analgesia—. Su calidad de vida está gravemente deteriorada, afectando a su movilidad, su estado emocional y su capacidad para mantener una vida social y laboral activa. Ante esta situación, solicita una intervención quirúrgica de reemplazo total de rodilla, convencida de que se trata de la única opción viable para aliviar el dolor y recuperar parte de su funcionalidad.
A pesar de que el cuadro clínico cumple con los criterios para la indicación quirúrgica, el equipo médico expresa reservas fundamentadas casi exclusivamente en su elevado índice de masa corporal (IMC). Se le comunica que, debido a su obesidad, la intervención comporta mayores riesgos y se desaconseja la cirugía, sin ofrecer alternativas terapéuticas realistas ni un plan de seguimiento claro. Esta actitud —poco argumentada y carente de una evaluación individualizada— genera en la paciente una fuerte sensación de rechazo y estigmatización, debilitando su confianza en el sistema sanitario. Percibe que su caso no está siendo valorado en toda su complejidad clínica y humana, y que su condición física actúa como una barrera insalvable.
Ante este escenario, el Dr. Joan Monés Xiol, director académico del curso, sostiene que la obesidad, por sí sola, no debería considerarse un motivo para excluir a una paciente de una intervención que ha demostrado ser eficaz y coste-efectiva en este perfil clínico. Si bien reconoce que existen riesgos quirúrgicos algo mayores, insiste en que deben evaluarse de forma individualizada y comunicarse con claridad, respeto y empatía. Negar esta opción sin base suficiente puede constituir no solo un error clínico, sino también una vulneración de principios éticos fundamentales como la equidad, la beneficencia y la autonomía de la paciente.
Con los cursos del Buen Quehacer Médico se busca analizar una serie de viñetas prácticas preparadas para evidenciar dilemas de decisión clínica con fuertes implicaciones de conducta profesional; para estimular la reflexión y facilitar la identificación de claves de comportamiento para evitar problemas; y para avanzar hacia la excelencia.
Queremos recordar que cada uno de los cuatro cursos del Buen Quehacer Médico tiene concedidos 10 créditos ECMECs de SEAFORMEC (Consejo Profesional Médico Español de Acreditación) y UEMS (Union Européenne de Médecins Spécialistes), que, en virtud de los acuerdos con el Ministerio de Sanidad, tienen equivalencia de 1,5 Créditos Españoles de Formación Continuada del Sistema Nacional de Salud.
La matrícula es gratuita para los médicos colegiados, al estar patrocinado por el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos.
https://www.ffomc.org/formacion/cursos-online-buen-quehacer-medico-vinetas-practicas