
La ciencia como pilar de la medicina responsable
"Las pseudociencias y las pseudoterapias nacen alejadas de la práctica clínica convencional y no reconocen las exigencias de validez que el método científico impone a procedimientos diagnósticos y terapéuticos en la Medicina. Algunas veces asumen una apariencia científica, e incluso aportan datos y estudios que emulan los de la que llaman ‘ciencia oficial’; pero es sólo un barniz que cae rascando un poco: los diseños carecen de validez, fiabilidad, trasparencia y reproductibilidad; y sus estudios se basan en datos observacionales habitualmente sesgados y sin capacidad de demostrar causalidad alguna".
En una reciente entrevista para Médicos y Pacientes, el Dr. José Ramón Repullo -profesor emérito de Planificación y Economía de la Salud de la Escuela Nacional de Sanidad e investigador del Instituto de Salud Carlos III, y que ha coordinado el seminario sobre ‘Mala ciencia y Medicina alejada de la evidencia’- destacaba la importancia de basar la práctica clínica en la mejor evidencia científica disponible.
"La buena Medicina clínica ha de estar fuertemente anclada en la evidencia científica. Porque el método científico constituye el principal lenguaje universal del que disponemos los seres humanos para buscar un conocimiento objetivo, compartido, comunicable, verificable y reproducible; este lenguaje permite configurar comunidades globales de pensamiento y práctica, en las cuales se custodian, expanden y difunden los saberes y la cultura".
Al ser preguntado por la forma de hacer frente a la promoción de terapias no basadas en la evidencia científica por parte de influencers o famosos, señalaba que el problema es parte de un cambio cultural profundo y difícil de revertir, ya que las redes sociales facilitan la rápida difusión de desinformación.
"Los cambios culturales son los más lentos y difíciles, y más cuando se alimentan de la velocidad e inmediatez con la que se difunden bulos y desmesuras en las redes sociales. Está claro que hay que salir al paso de las influencias más perjudiciales; las que ponen en riesgo la salud; quizás también las que ponen en riesgo al bolsillo, pero para estas no va a ser fácil llegar. Si revisamos cómo funciona la publicidad comercial en general, nos daremos cuenta hasta qué punto la exageración y distorsión forman parte de lo cotidiano y culturalmente aceptado.
A las generaciones actuales y futuras les toca lidiar con un medioambiente tóxico nuevo, y deberemos invertir en pensamiento crítico, en análisis de las informaciones en medios y redes y en crear vehículos de verificación y respuesta bien pertrechados y ágiles. Nada eso va a salir barato; pero la alternativa, no hacerlo, resultará mucho más cara y dañina para la sociedad y los pacientes".
Puede leer la entrevista completa a través del siguiente enlace: